jueves, 22 de enero de 2009

TRAZARÉ EN TU TIERRA CON MI ARADO

EL SURCO INDELEBLE DEL DESEO.

AMASARÉ EN TU VIENTRE UN PAN

Y BEBERÉ DE TU VINO HASTA EMBRIAGARME.

VERTERÉ MI TORRENTE ENTRE TUS SIMAS,

MI SANGRE SERÁ TAMBIEN TU SANGRE.

Y ME SUMIRÉ EN UNA NOCHE ETERNA

ENREDADO EN EL ROSAL SIN ESPINAS

DE TUS PECHOS





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