lunes, 9 de marzo de 2009

CANSANCIO


Siento un cansancio que me corroe el alma
que me apaga el deseo, que me cierra las puertas.
Un cansacio infinito que se enrosca en mi cuello
que se engarza en mi frente como una corona
de aceradas espinas.


Es un cansancio negro que no repara, agota
la herida en el costado que mana sangre y agua
la pena desbocada que clava sus espuelas
la oscuridad sin nombre que hiela la mirada.


La voz que dice ¡Basta!, el último lamento
la mano que se agarra al clavo al rojo vivo,
la danza vacilante del púgil noqueado
que escucha en su cabeza, la última campana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días Juanm.,

Espectacular. Me dolió leerlo, y me dió un vuelco al corazón. En algún momento sentimos ese cansancio, que es el que te destroza y me hiciste recordar esos momentos, que por suerte no están presentes.

Pero son momento que cuando los vives nunca los olvidas. Recuerdo enfermar de dolor, de repente tener fiebre alta y saber que no era por enfermedad, que era dolor de alma. Hasta que no lo vives crees que es una frase más.

Vaya, Juanm., me hiciste llorar, pero del recuerdo que me tragiste, no por tristeza. Y lo mejor, me ha encantado hacerlo.

Me encantas, lo sabes. Espero un día verte publicados tus poemas, me gusta leerlos en papel, mientras llega ese día los seguiré coleccionando.

Besos, a millones.