miércoles, 26 de agosto de 2009

CON LOS OJOS CERRADOS


Quisiera cerrar los ojos

y aislarme en en los palacios de la memoria,

vivir mi vida objetivamente,

concéntrame en lo que soy y en lo que tengo.

Pero todo es inútil

me ciegan los rayos de la tormenta

y aun cerrando los ojos

lo veo todo, y lo escucho, y lo siento.

Quisiera despertarme en un mundo nuevo

donde nadie tuviera tanto dinero para poder comprar,

ni tan poco para dejarse vender

pero yo también tengo precio,

el precio del orgullo, del desencanto, del miedo.

Y sigo vagando a tientas

sin saber de dónde vengo ni hacia donde voy

quemando etapas de papel mojado

en un brumoso viaje hacia la nada

donde nada me importe

ni perturbe mi sueño,

donde el dolor ajeno no me alcance,

donde vivir no sea pisar ser pisado,

arrastrase o ser arrastrado

por la corriente del hastió y del miedo,

donde el sufrimiento sea tan solo el eco

que me traiga la burbuja del recuerdo.

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