¡NO PASARÁN!

 

Siento tu dolor subir por mis espaldas

como una corriente de lava incandescente

que me abrasa, me mata, me destroza

que me clava sus garras inclementes.


Siento tu rabia golpear en mis costillas

como martillo fraguando un hierro al rojo

y me bebo la hiel que te envenena

compartiendo veneno sorbo a sorbo.


Y la impotencia se clava en mis muñecas

como esposas que me atan al fracaso

que me uncen al carro de la los muertos

que me arrancan las carnes a pedazos.


Pero ¡No pasarán!, ni el desespero

ni las ganas de huir, ni la tristeza.

Mano a mano, mi amor iremos juntos

arrastrando cilicios y cadenas,

a escalar esas cumbres borrascosas

y a surcar esos mares de tinieblas,

a luchar codo a codo con la vida

a exprimirle lo bueno que aun encierra.

JUANMAROMO

JAMÁS

Jamás un espejismo
me turbó la mirada
ni aceleró mi pulso,
ni recorrió mi espalda
ni se encendió en mi pecho
ni acarició mi alma
ni encabritó mi cuerpo
ni me sació su agua.

Jamás ardió mi fuego
no más que por tus llamas
ni se encendió un cerillo
que tu no iluminaras,

jamás veló mi sueño
ni estremeció mi entraña
ni me robó el sentido
ni me besó las llagas
ni desbordó mis ojos
ni iluminó mi cara
ni beso ni palabra
que tu no me entregaras. 

Juanmaromo

TU HOGAR JUNTO A MI PECHO

A veces anidas en mis brazos

como un pajarillo herido e indefenso

y buscas refugio en mi corazón

con tus ojitos apagados,

 tus alas temblorosas

y tu piquito suplicando besos.

 A veces te escondes en mis manos

con las plumas temblándote de miedo

con el pecho herido por la duda

sin atreverte a levantar el vuelo

picoteando migajas de cariño,

piando de dolor tu desconsuelo

Siempre tendrás tu hogar junto a mi pecho

mi corazón acunará tus sueños

mis manos alisarán tus plumas

y curaré tus heridas con mis labios,

ni dios ni el diablo apagarán el fuego

que prendiste en mi vida aquel invierno

en el que ya no esperaba más que invierno.

Juanmaromo

BESOS TEMPRANOS

Invento tu cuerpo en cada suspiro,

en cada susurro, en cada quejido

descubro tu cuerpo en cada sonrisa

en cada te quiero, en cada caricia.

Desde hace mil siglos recorro tus sendas

 exploro tus selvas, escalo tus cimas,

me vierto en tus mares, me miro en tus lunas

me pierdo en tus ojos de belleza impía.

Y cada mañana despierto en tu lecho

naciendo de nuevo desnudo y eterno

regando tus flores, bebiendo en tu pecho

 mueriendo en tu orgasmo, sembrando tu cuerpo

de besos tempranos y temblores nuevos.

JUANMAROMO

CABALLO DE FUEGO

La caldera me estalla,

 las válvulas aúllan, el vapor me abrasa

mi corazón es un caballo desbocado

 huyendo del vacío

un caballo de fuego con las crines al viento

que vuela por el bosque en busca del dorado

persiguiendo un sueño en la noche de los tiempos.

Se libró de las bridas y el bocado

y derribó al jinete

y galopa indómito y salvaje

hacia ninguna parte.

El destino me clava las espuelas

y me empuja con furia hacia el futuro

sin riendas ni camino,

las ramas me fustigan

las zarzas me desgarran

 la escarcha se hiela en mi pelaje

e infecta mis heridas

con la negra ponzoña de los miedos

que danzan en las sombras.

 Corazón, corazón, detén tu huida,

esa loca carrera hacia el abismo

que aquí tienes tu hogar y tu morada

llorándote en mi pecho.

JUANMAROMO

PÉTALOS DE HELO

He perdido el mañana...

tanto esperar, tanto soñar,

para acabar tirado entre las vías

viendo pasar los trenes del futuro

surgiendo de la niebla.

La cuenta atrás se ha quedado sin cero

y tiende a menos infinito

los segundos se aferran en mi cuello

y horadan mi garganta,

el rosal deshojó sus pétalos de hielo

clavó sus espinas en mi pecho

y su sabia y mi sangre se mezclaron

hirviendo de deseo.

Me acurruco en un rincón del alma

y sueño volar más rápido que el tiempo

para regar con mis lágrimas tu talle

y dar nueva vida a esos capullos

que mueren en tus pechos.

JUANMAROMO