Siento como asciende la marea
por el vientre, el pecho y el cerebro,
es una niebla sucia y tenebrosa
que te ciega, te ahoga y te aniquila,
un magma que destruye cuanto alcanza,
un maremoto para enterrarte en vida,
un veneno letal y ponzoñoso
que te nubla la vista y la esperanza
que emborrona tu ayer y tu presente
que te hunde en el fango y la desidia.
He de escapar de este circulo vicioso,
he de romper esta soga que me asfixia
cantar, bailar y vivir a pecho abierto,
recuperar la esperanza, la alegría,
amar, besar, renacer y refugiarme
entre los labios divinos de mi esposa
en el nido ancestral de su sagrario,
en el Edén primigenio de su boca
y volver a ser yo, a ser yo mismo
sin miedos, sin temores sin mas metas
que ser feliz, confiado y solidario,
escribir y vivir a tumba abierta.