COMO Y DONDE PODEIS COMPRAR MIS LIBROS
Quise ser roble, pero nací alcornoque,
piel arrugada, sin frutos y sin flor,
achaparrado, sin nueces ni piñones,
¡un árbol borde me sentía yo¡.
Pero un buen día mi tronco acariciaron
y mis arrugas borraron sin dolor,
me desnudaron y como un árbol nuevo
volví a la vida y empecé a ser yo.
Tome conciencia de mí, de mi existencia
que nadie es borde que el mundo es un vergel
en que tan solo el hombre desentona,
nos esclaviza porque se cree el rey.
Con mi Corteza protegen las botellas
del mejor vino, del cava y del champán
gracias a mí, el vidrio se hace cuna
la gente brinda y se desea paz.
Los pajarillos crían en mis ramas
hacen sus nidos, cantan al amor
bajo mi sombra, los rebaños pacen
los niños juegan y se aplaca el sol.
Y conocí a una encina centenaria,
en un abrazo fundímonos los dos
un solo cuerpo sobre la madre tierra
enraizados en un eterno amor.
Hasta la más humilde criatura
es un canto, un regalo, un don de Dios
todos somos un beso de la vida
si le sabemos abrir el corazón.
Llueven gotas ardientes,
la aurora colorea el horizonte
con pinceles de fuego,
la ciudad es un horno
la calle, la cloaca nauseabunda
que conduce al infierno.
Soledad, incerteza, desespero
se respira en el aire,
las pantallas escupen profecías
que desgarran el alma,
la guadaña sacude los sembrados
cercenando esperanzas,
los voceros del averno pasan lista
afilando sus daga.
Pero no estamos muertos
¡empuñemos las armas y las fuerzas
que el amor nos ha dado¡
la constancia, la empatía, la risa
el temple y la ternura
y salgamos al campo de batalla
a vencer la locura,
a rasgar las tinieblas, las cadenas
con que quieren atarnos,
a tomar la bastilla tenebrosa,
liberar los esclavos
y salvar la utopía del cadalso
en que quieren colgarnos.
Perdurará en el aire
un halo de tristeza
que ahogando los pulmones
me impida respirar,
se nublarán los ojos
vistiendo la mirada
con un oscuro velo
de miedo y ansiedad.
Las manos temblorosas
buscando nuevas manos
divagaran sin rumbo,
sin vida, sin calor
y el tiempo se hará eterno,
rabiosamente eterno
clavando en cada isntante
si lanza de dolor.
Y sin embrago nadie
sabrá que me acontece,
la farsa y la mentira
irán a flor de piel
sonrisa tras sonrisa,
orgia tras orgia
la noche irá abortando
un nuevo amanecer.
Como un condor de escuálido plumaje,
acechante y solitario en su guarida
vivo en este mundo de penoso viaje
intentando encontrar la fe perdida.
¿Que se hizo, Señor, de mi alegría,
de aquella juventud que en mi brillaba
y me hacia despertar día tras día
con un firme ideal que me embargaba?
¿Qué si hizo, Señor, de aquella fuerza
que soplaba mis velas cual galerna
que rompía las olas con mi proa
bautizando de espuma mis cuadernas
Hoy me miro y me veo tan cambiado...
No es el firme mirar de aquellos ojos
Lo que veo ante mí, ya se han borrado
el fuego y el valor ¡veo despojos!
Quisiera hablar
y sin embargo apenas
puedo subir la idea
a la garganta,
rompe la voz
y quiebra en un sollozo
como la luz
se extingue en mi ventana.
Quisiera hablar
pero me falta el aire,
respiro sombras y miedos
y amenazas
la realidad se oculta en las pantallas,
el mundo muere
allende la mordaza.
Frío furor
de vientos y mareas
ruge cerrando
el paso a la palabra,
luego el silencio
vencido y desarmado
vuelve a batir
su manto de mil nadas.
Quemaron nuestras velas,
arrojaron al mar nuestro bagaje,
emponzoñaron aguas,
rompieron el timón contra las rocas.
Robaron el sextante,
las cartas, la brújula, los mapas,
nos dejaron pasto de los miedos,
perdidos en la noche y las tinieblas.
Pero aun nos quedan remos,
redaños y un océano de estrellas
para tomar de nuevo nuestro rumbo
para limpiar de basura la cubierta,
para arrojar a las ratas por la borda,
para remar hacia Ítaca entre la niebla
y refundar de la nada un nuevo mundo
donde gobierne la paz y la justicia
donde de nuevo seamos como hermanos
sin banderas, sin himnos, sin cadenas.
