viernes, 12 de abril de 2019

jueves, 4 de abril de 2019

¡LIBÉRAME!





Dame tu mano que no me quedan fuerzas,
dame tu fuerza, que ya no puedo más,
abre la puerta para que el sol me alumbre
quiebra el candado y déjame ir en paz.

Dame un abrazo y sube las persianas
quitame el yugo, me quiero liberar
que los barrotes no celen mi ventana
que no me impidan volar y descansar.

Quiero se libre, volar hacia el eterno
abrir los brazos para abrazar a Dios
romper cadenas, librarme de este infierno,
resucitar de este nicho en el que estoy.

Buscaré un valle perdido entre las nubes,
construiré un nuevo hogar para los dos
donde no quepa el dolor ni el sufrimiento
donde las nubes no oculten nunca el sol

donde esperarte sembrando las estrellas,
donde olvidarnos del odio y del dolor
donde  bebernos de un beso el firmamento…
¡Libra mi alma y déjame ser YO!



EL MAPA DE LA VIDA


Un día te das cuenta
que el tiempo se te acaba
que suenan los tres cuartos
que  tu reloj de sol
tan solo marca sombras
que en tu reloj de arena
apenas quedan granos
que el sol de tu sonrisa
se oculta allende el mar.

Un día te das cuenta
que se acabó el camino,
que se cerró la senda
y ya no hay vuelta atrás
que aquellos que empezaron
contigo la jornada
se han ido dispersando
y ya no hay nadie más.

Pero hay que abrir senderos
a golpe de coraje,
hay que abrazar la luna
si ya no brilla el sol,
buscar en las estrellas
el mapa de la vida,
cruzar el horizonte
y despertar a Dios.



MÁS ALLÁ DE TU OMBLIGO



Intenta comprender
lo que eres incapaz de entender,
intenta perdonar
lo que no eres capaz de olvidar.

 Intenta mirar más allá de tu ombligo
 y verás que hay otro mundo,
 ese mundo interior
 que no se refleja en los espejos.

 Lo que tú llamas verdad
es un rayo que te ciega,
un trueno que te aturde
y te impide escuchar
el lamento de tus gentes,
los crujidos de tu puente
los aullidos de tu alma,
los temblores de la madre tierra








GOLPEANDO LA NADA



Hay momentos en que la vida te golpea con tal saña
 que vagas por el cuadrilátero, ciego,
agarrántote a las cuerdas,
esperando la campana salvadora,
pero solo escuchas el sordo latido de sus guantes
 machacar tu rostro, tu plexo, tu costado.

 Intentas abrazarla para no desplomarte
 pero de un gancho te destroza la boca,
 buscas la esquina a trompicones escupiendo los dientes,
 pero ya no hay banqueta, ni segundo, ni cubo ni toalla.

 El ring voltea tu cabeza
 mientras la lona se presta a besarte las boca,
 pero arrancas el último suspiro
 y te tiras al cuello y pateas y muerdes y desgarras
 con las zarpas furiosas de la rabia,
 ya no hay campanas ni árbitros ni jueces
 solo tu y tu combate a vida o muerte golpeando la nada.

miércoles, 3 de abril de 2019

martes, 2 de abril de 2019

"VERSOS ACANTILADOS" YA TIENE PORTADA


 
cUna vez más, el autor nos sorprende con su obra “Versos Acantilados” –su último trabajo que (sin duda alguna) calará en nuestros corazones–.
Cuando me encontré con el primer poemario de José Luis Posa “Jardines Descolgados“, fue un regalo para mí por varios motivos, entre ellos pensé: ahí estoy yo metida, lo hice mío, me sentía tan reflejada que comencé a declamarlo. Me enganché de tal manera que recité varios de ellos, ¡son tan reales! con una fuerza intrínseca, al igual que “Lenguas de Fuego“ y “Poesía Necesaria” poemarios no sólo para leer, para pararse a reflexionar y aprender ante los reveses de la vida, los miedos… hay que levantar el vuelo, dar un golpe en la mesa, poner todo patas arriba y decir: ¡Basta!
José Luis Posa no sólo es escritor, su capacidad para ponerse dentro de la piel de muchas personas lo hace especial.
“Versos Acantilados” hablando de vida, amores, desamores, injusticias, olores, colores… no deja nada en el tintero. Es la complejidad y a la vez la sencillez de un camino lleno de rosas, con el cuidado de no pincharte con las espinas; ese camino por el que todos pasamos, nos guste o no. Poemas que hablan muy bonito, escritos con pluma firme, con temple, con destreza y que nos llegan al alma. El tacto con el que se dirige a la mujer –a la mujer amada– es sublime, es una caricia que borra cicatrices, te saca una sonrisa y otras, ¿por qué no?, una lágrima, ¡inunda en sentimientos!
¡Enhorabuena, poeta! Una vez más, has dejado huella.
No surcarás sólo mares sino también océanos, el final es lo conseguido y tú lo has hecho.
Para mí ha sido otra delicia y espero que lo sea también para el lector.
Anabel Camilo Campos
Albacete Febrero, 2019
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