COMO Y DONDE PODEIS COMPRAR MIS LIBROS
No arrojaré la toalla,
me limpio el sudor con ella
con ella enjugué mi sangre,
mis lágrimas y mis penas,
desempolvé mi energía
distraje la cuarentena
tendí su abrazo al amigo
aunque no me la pidiera.
La utilicé de capote
la agité como bandera,
limpié con ella los vidrios
de mis ventanas y puertas
para ver las cosas claras
y no caer en la trampa
de los que venden quimeras
llamando de casa en casa
y las disfrazan de sueños,
de utopías y esperanzas.
No arrojaré la toalla,
la guardo en mis alacenas
limpia, planchada y apunto
para sacudir con saña
a quienes compran los jueces
los árbitros y las mafias
para amañar los combates
y hundirnos en la miseria.
El tiempo no te ha alejado
ni me ha hecho sentirme solo
porque te amé de tal modo
que aunque jamás vuelva a verte
podré por siempre tenerte
prendida en mi corazón
y no me pidas razón
de este intenso sentimiento,
te quiero como a mi aliento,
como a la luz de mis ojos,
eres mi sino y mi credo
el porvenir de mis huesos,
la brújula que me guía
entre las sombras y el tedio.
Sin ti el futuro es un túnel,
un callejón sin salida
un "Cul de sac", una trampa,
una sentencia, una arpía,
una maratón de muerte
corriendo tras la utopía.
Para mi lo fuiste todo
-razón de vivir mi vida-
aunque te dé por perdida
jamás dejaré de amarte
y aunque no pueda abrazarte
tu llama seguirá viva
mientras el alma me aliente
y vea la luz del día.
Siento un vacío ardiente,
la garganta tensarse y deshilarse,
el vientre se revuelve
y el tiempo se recrea en arrastrarse.
De nuevo los fantasmas,
los miedos, los temores, las ausencias,
los ruidos, los redobles, los silencios,
los trancos en las puertas.
De nuevo en el alero
tiritando al borde del abismo,
arrastrando cadenas por las calles,
huyendo del destino,
suplicando, rezando, maldiciendo
buscando un exorcismo,
enredado en las redes asociales,
que no dejan respiro.
Se ha avivado el infierno,
Leviathán ha azuzado a sus demonios
aullando por los medios
y el planeta se agita agonizante
en tiempo de descuento.
Me muevo por inercia
como un hoja mecida por el viento,
como un cometa vagando soledades
perdido en el confin del universo.
Mis pasos se repiten,
una espiral enmarca mi sendero,
al paso de los años
vuelvo a pisar los charcos de mis sueños.
Los ecos me persiguen furibundos,
los recuerdos se tornan pesadillas,
la sonrisa se hiela en una mueca
y el futuro se arrastra de rodillas.
Vuelvo a girar en el ciclo primigenio,
a repetir mis errores, mis aciertos,
a volar en un cielo sin estrellas,
a nacer, a morir en el intento
de escapar de este circulo vicioso
que me arrastra por sendas infernales
donde no hay ruiseñores ni jilgueros
que me enciendan la luz con sus cantares.
Solo pido encontrate en cada era
Y tejer con mis manos en las tuyas
ese tapiz sempiterno que nos une
mas allá de los tiempos y las penas
donde encontrar la alegría y la sonrisa
floreciendo en tus ojos de sirena.
Me apoyo en el teclado,
intento coordinar algunas frases,
desbloquear mis manos,
mis dedos son sarmientos
mi cerebro un desierto polvoriento
aullando desbocado.
Las sombras me acorralan,
el cansancio golpea mi costado,
intento abrir los ojos
pero los párpados
corren sus candados.
Sumido en un pantano
de miedos, de recuerdos, de presagios
me ahogo en el futuro
sin que nadie me acoja entre sus brazos,
boceo maldiciones
y sus ecos atruenan mis oídos,
las sierpes me rodean
esgrimiendo sus lenguas viperinas,
blandiendo sus colmillos.
Pero hay que hacer camino,
me sirvo una cerveza bien helada
que me despierte el alma,
me arranco la mordaza
y comienzo a esculpir en el teclado
mis fobias y esperanzas
soñando que tras de la pantalla
hay alguien que me espera y que me escucha
¡DEJADME LA ESPERANZA ¡
Hay poemas encaje de bolillo
y poemas vómito de escopeta,
poemas prematuros
y poemas alumbrados con forceps.
Los poemas son pájaros de fuego
o Ícaros de hielo
y algunos son corrientes de lava
cuyo transcurso por el alma
deja galerias insondables.
Cada poema es un acto de amor,
por eso cada vez hay menos poetas,
por eso, nadie como la mujer
para engendrar poesía.
Cuando se apague el último poeta,
se habrá extinguido para siempre
la luz de la esperanza.
Ese tránsito al que llamamos muerte
no es mas que un cambio de morada
en el que dejamos atrás vecinos,
muebles y álbumes de fotos,
la vieja casa se derrumba
y debemos buscar otro refugio,
un nuevo nido muy lejos del antiguo.
Durante la mudanza
vamos perdiendo enseres,
recuerdos y ropajes
hasta llegar desnudos
a esa nueva estancia,
a ese poblado en el que esperan
los que partieron antes.
No intentes cargar con las maletas,
lo que podrás llevarte
cabe en los bolsillos del alma
y cuanto mas ligero de equipaje,
mas descansado llegarás a tu destino.
No llores por los que atrás dejaste,
prende la lumbre en el hogar sagrado,
porque tarde o temprano,
acabarán reuniéndose contigo
mas allá de los tiempos.
Me he golpeado el pecho
con los puños cerrados,
y un eco tenebroso,
me ha carcomido el alma
el eco del vacío
del odio y de la rabia
y voy dejando al paso,
insomnios y resacas.
Me he visto en el espejo
que enmarca mi pasado
y las vacías cuencas
me han hecho un guiño helado,
un rictus tenebroso,
y el vidrio se ha quebrado,
dejando mil sonrisas
aullando en sus pedazos
Aquél que iba conmigo,
dejome en la estacada,
se diluyó una noche
en medio de la nada
corriendo tras tus pasos
perdido en tu mirada
herido por tu ausencia
por tu traición malvada
y se borró la imagen
que de él me acompañaba,
quemada por el rayo
de la desesperanza.
La música es un ruido,
los libros me abotargan,
la vida es pura inercia,
un viaje sin escalas
un rallye hacia la muerte
perdido entre montañas
bajando por el puerto
hacia el abismo negro
chirriando en cada curva
la goma de mis huesos.
Mas no suelto el volante,
disfruto en cada reto,
aúllo en cada trompo
y en cada derrapada
y no temo a la niebla
ni al hielo ni a la nada
y cuando me despeñe
en una madrugada
el grito de mi triunfo
resonará en tu almohada
se clavará en tus sueños
taladrará tu alma
desgarrará tu vientre
y empapará tu cama.
