Besé tus labios tibios
besé tu cuerpo ardiente
como el rocío besa
en cada amanecer
tus valles, tus colinas
tus llanos y laderas
tus selvas y lagunas
supieron de mi sed
Y al fin, me hundí en tus aguas
calientes y y profundas
sintiendo en tu caricia
ahogarme y perecer
y allí quedo por siempre
el yo de mi pasado
y un yo, distinto y nuevo
de ti volvió a nacer
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