Los meses se desgranan
los días de desangran
las horas se retuercen
y el corazón se arrastra
se arrastra por las zarzas
que pueblan tus recuerdos
se clava la ortigas
de tu anhelado amor,
los ojos se me apagan
el vientre se me inflama
las penas me desgarran
con infernal furor
y así un día tras otro
perdiéndome en las brumas
ahogándome en las penas
tragándome el dolor
soñando madrugadas
buscándote en el lecho
sintiendo tu perfume,
libando de tu flor.
Y voy envejeciendo
como un árbol sin ramas
que clava sus raíces
buscando el manantial
donde beber tus aguas
donde abrazar tu tierra
donde encontrar la sabia
para resucitar.
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