lunes, 1 de noviembre de 2010

LAS GARRAS DE TU SEXO


Me quedé sin palabras gota a gota
como queda sin son el campanario
mudo, yerto, desnudo y divagando
como un ave sin nido, planeando
a merced de los vientos y sin rumbo.

Me quedé sin palabras, sin ideas
que me hicieran vivir, hueco desierto
como un páramo abrupto y desolado
sin un soplo de vida ni pasado
que pudiera negar que estaba muerto.

Me quedé desgarrado entre tus zarzas
en la tela de araña de tu cuerpo
mientras tú devorabas mi deseo
prisionero en las garras de tu sexo.

JUANMAROMO

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