jueves, 1 de septiembre de 2011

LA MORADA DE EROS

  

Se hizo el silencio y se adueñó de todo
no se escuchaban siquiera los suspiros
tu cuerpo levitaba entre mis brazos
tu alma se elevaba al infinito.

Desplegaste las alas, y en un soplo
planeaste por todo el universo,
el espacio y el tiempo enmudecieron
admirando tu vuelo boquiabiertos.

Me asomé a las ventanas de tus ojos
y era dios quien por ellas me miraba,
el amor infinito que tu alma
con su manto de estrellas me alumbraba.

Y sentí que escapabas de este mundo
más allá de planetas y galaxias
hacia un éxtasis de puro amor y fuego
donde Eros oculta su morada.

Juanmaromo

1 comentario:

Lysbeth dijo...

Magnífica, sobran más palabras....