Hoy no me acerco con la enseña enarbolada
ni suenan clarines a mi paso
ni fuegos de artificio
ni tan siquiera descorcharé champaña,
hoy me pierdo en tus brazos
huyendo de mi mismo
buscando ese otro yo que se perdió en el tiempo,
mamando de tu leche
bebiendo del roció que brilla en tu corola.
Hoy me refugio desnudo y desarmado
en tu regazo tibio,
en la almohada fecunda de tu vientre,
en el lecho de tus lunas de nata,
y entrego mi armadura
y rindo mi tizona entre tus muslos
de diosa enamorada.
Hoy las lágrimas brotan
entre dulces y amargas y encendidas
y suplico tus labios
como el maná que me mantiene en vida
y respiro mi aliento de tu boca
y recobro la luz en tu mirada
y me fundo en el crisol ardiente
que bulle entre tus brasas.
Juanmaromo
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