La luces machacaban
mis ojos, cual martillos
de cien fieros colores
ardiendo por doquier,
rompian mis oidos
las notas desgarradas
de gritos obsesivos
sin tregua ni cuartel.
El ritmo me abducia
los focos me cegaban
y en mi interior la sangre
sentia circular
como un raudal hirviente
como un caudal de lava
que a penas me dejaba
siquiera respirar.
Mi cuerpo se encrespaba
movido por el ritmo,
como un muñeco roto
sin alma ni armazón
hervia en mi cabeza
la nada mas oscura
tan solo me importaban
el sexo y el alcohol...
.... Y de repente
roto y maltrecho
me vi deshecho
en el butacón
roto, agotado
sucio, borracho
como un mendigo
en un callejón.
Busqué tus ojos
que me alumbraran
busque tus labios
para mi sed
y estaba solo,
perdido y solo.
aquella noche
por fin lloré ...
... Tus ojos me miraban
desde lo más profundo
tus labios me besaban
en un beso sin fin,
sentí tu dulce cuerpo
tomar cuerpo en el mío
... fue a penas un segundo,
al cabo, desperté.
Seguian aún bailando
como bailaban antes
a nadie le importaba
que yo sufriera así
volví a sentirme solo
terriblemente solo
flotando entre la gente
que hervia junto a mi.
¡Te eché tanto de menos,
me hiciste tanta falta!
tomé plena consciencia
que nada soy sin ti,
que tú eres mi camino,
el aire que respiro
la luz que me ilumina,
mis ansias de vivir.
1 comentario:
Mi querido amigo, que hermoso escribes, me fascina, me emociona y me trasmites tu pasión. Es un deleite leerte. Un grande abrazo del alma, besos.
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