domingo, 22 de enero de 2017

MUÑECO ROTO

   A veces siento que me estoy desangrando,
es una hemorragia transparente, invisible,
vago por las calles y siento que la vida se escapa,
pero impera la calma.
Esa herida no sangra y las lagrimas no abrasan mis mejillas,
la mirada se encoje
como temerosa de de mirar sin ver el cielo
y el corazón se estanca o se acelera como
un mar caprichoso e irascible.

A veces siento que el pecho se desboca
incapaz de tanto sentimiento,
el aliento se congela y el tiempo se atora
en el péndulo de un suspiro.
Los pies me arrastran como autómatas
sin saber hacia a donde caminan.
pero hay que seguir
hasta que se agoten las pilas del recuerdo,
la llama de la esperanza,
la ceniza que un día fue árbol.

Entonces, como un muñeco roto,
me arrojaré a la basura de la vida hasta que me recojan
y me reciclen en un hombre nuevo,
en el hombre que pude haber sido,
en el hombre capaz de merecerte
capaz de enamorarte
capaz de perdonarme.

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