martes, 9 de enero de 2018

¡EUREKA!

 Desde el origen, sentia tu llamada
igual que un eco resuena sin cesar
y aquí, en mi alma, forjé de amor y sueños
un mundo de ternura y me lancé a buscar.

Por mi camino cruzaron cien mujeres,
ninguna de ellas, ninguna me llenó,
ninguna de ellas podia compararse
a la mujer oasis grabada en mi interior.

Surqué los mares, acuchillé los vientos
reté a los dioses hasta desesperar,
me alcé a los cielos, me hundí hasta los infiernos,
mordí la fruta mortal del padre Adán.

Mas un buen dia, penando por la vida
en un recodo, contigo me encontré...
y como Saulo, caí de la montura,
abrí los ojos y dije... ¡Ella es!





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