Me atruena el silencio de
aquellas palabras
que buscan refugio en nuestra
garganta
que esconden la mano y tiran
la piedra
que se hacen las sordas cuando se les llama
Me atruena el silencio ante
la injusticia
ante la mentira , ante la
estulticia
el grito callado que estalla
en el pecho
que hierve en los ojos que
ruge en el lecho
que nos roba el sueño que
oscurece el cielo
que encrespa los mares, que brama
en el viento
Me atruena el silencio de los
que no opinan
de los que se esconden, de
los que caminan
arrastrando el paso para no
hacer ruido
de los que no dicen por donde
han venido
El silencio negro de un
pueblo cobarde
que deja a sus gentes dormir
en las calles
que rinde tributo a los
innombrables
que entrega a sus hijos al
miedo y al hambre
Que rinde pernada, que vende
a sus hijas
a los violadores de torva
sonrisa,
a jueces , a curas, a fieras
malditas
que las esclavizan y las asesinan.
Mientras, las poltronas son
trono y sustento
de los vividores, corruptos,
violentos,
de los que han jurado servir
a su pueblo
pero que lo venden a un
módico precio
Me atruena el silencio. Me
ciega la ira
se retuerce el alma de tanta
mentira
pero soy cobarde, pero tengo
miedo
me trago la rabia y me escondo
en mi agujero
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