Pasan los días, los
siglos y la eras
pasan los tiempos que
nunca volverán,
la espiral se retuerce en
la memoria,
vuelve a girar en el
ciclo universal.
Nada hay más vacuo que el
tiempo y que la historia
pues solo existen en la
imaginación
son espejismos con que
nos encandilan
para poder culminar
nuestra prisión,
esa caverna en la que nos
proyectan
sueños, terrores,
mentiras, rendición
esa pantalla que rige
nuestras vidas
y que adoramos como si
fuera Dios.
Sal
de la gruta que fuera hay otro mundo
sin calendarios, sin
tablets, sin reloj,
un firmamento cuajado de
luceros,
un aquelarre de luna, mar
y sol,
el paraíso que intentan
ocultarnos,
donde florecen la paz y
la verdad,
donde el amor es el pan
de cada día,
sin demonios ni dioses que
afrontar.
Cierra los ojos y duerme confiado
cierra los ojos y sueña
que es verdad.
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