miércoles, 7 de abril de 2010

EL FINAL DE LA BATALLA


Ni el ruido de sables
ni la patada en la boca
podrán  jamás callar
la voz aprisionada
el alma encadenada
la vida esclavizada.

Podrán amordazarme,
me cortaran la lengua
me arrancarán los ojos
pero la mirada negra
les perseguirá mas allá de los muros
mas allá de la nada.

Ya la vida la he dado por perdida
y mi tempo es el tiempo para todos
para el que sufre, para el que calla
para la fácil presa de la soledad
del desamor , del desamparo.

¿Qué podéis más hacerme?
si me matáis, renaceré mil veces
con mil nombres distintos
pero con más ardor si cabe.

yo no soy yo, ni nunca he estado solo,
me acompañan legiones  ignoradas,
galeotes de por vida empuñando sus remos
esclavos milenarios blandiendo sus cadenas
y nuestro clamor se hará tan acuciante
que romperá los tímpanos más sordos
y hará saltar los trancos y las puertas
hasta que el aire sea libre para todos
y de la tierra nazcan nuevos brotes
preludiando el final de la batalla .

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