Que yo, ya no soy yo
y apenas no soy nada
camino como un zombi
flotando en la mañana
sumido entre las nieblas
perdido entre las dudas
boqueando soledades
cual pez fuera del agua.
Que yo ya no soy yo
me abandonó mi sombra
tan solo los fantasmas
acechan en sus grutas
esperan el momento
para robarme el alma
para matar el niño
que acuna mi esperanza.
Que yo ya no soy yo
y acaso no soy nada
pero aún tengo los dientes
los puños y las garras
y juro por aquellos
que siempre van conmigo
que nunca, nada, nadie
encorvará mi espalda
que mientras el aliento
empañe mi ventana
galoparé los vientos
escalaré montañas
me arrastraré en el fango
o pisaré las llamas
pero jamás la vida
se aburrirá en mi cama.
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