domingo, 22 de marzo de 2020

CONEJILLOS DE INDIAS

Nos mienten, nos engañan, nos insultan,
envenenan las aguas y los aires,
nos explotan hasta caer rendidos,
condenan al olvido a nuestros padres.

Somos ratas en un laboratorio,
conejillos de Indias asustados,
marionetas en un teatro inmundo,
las gárgolas de un templo desolado.

No hay peor virus que el miedo y la impotencia,
la crueldad, la avaricia, la desidia,
el hambre, la mentira, la miseria,
el odio, la incultura y la injusticia.

¡Arrojemos del templo a los ladrones,
a jueces, a corruptos, a rufianes,
a los que hablan de patria y de justicia,
a quienes lavan su honor con nuestra sangre!

Hay que arrancar de raíz esta cizaña
que envenena los cuerpos y las almas
que nos secuestra la paz y la alegría.
las ganas de vivir y la esperanza.

Hay que arrojar del Edén a los traidores,
reyezuelos vampiros y serpientes
que contagian el aire que respiran
Y envenenan los cuerpos y las mentes.

Hay que limpiar los surcos del trabajo
para que puedan brotar nuevas espigas
para poder disfrutar de la cosecha
y compartir tu vendimia con la mía,

para poder abrazarnos como hermanos,
para vivir en la paz de un nuevo día,
para que tu y yo seamos un nosotros,
sin odios, sin envidias, sin mentiras
sin látigos, sin yugos, ni cadenas,
sin fronteras, sin armas, sin espinas.

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