Los ríos fluyen hacia la vida eterna
entre praderas, por un lecho de amor,
las aves cantan bebiendo de sus aguas,
los peces bailan al ritmo de su son,
los niños nadan viajando hacia el futuro,
los pescadores, recogen su labor,
las madres lavan las ropas y vigilan
a los retoños que nadan con pasión
y cuando llega el final de su camino
vierten sus aguas en el eterno mar,
se tornan nubes y vuelven a la sierra
¡un nuevo ciclo de vida empieza ya!
¡Quién fuera río en ese viaje eterno!
lluvias, cascadas praderas a anegar,
mientras las flores perfuman nuestro lecho
alfa y omega se vuelven a abrazar
Que en nuestro lecho sea un caudal de vida,
que nuestro curso no acabe en un erial
que el paraíso no sea un espejismo
y sea un viaje hacia la eternidad.
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