sábado, 29 de noviembre de 2008



En el gris retablo
dela tarde, llena
de recuerdos tristes
que la brisa lleva
oyese el murmullo
de la mar que besa
con sus labios blancos
la dormida piedra,
flota en el ambiente
de fragancias nuevas
una inmensa calma
lánguida, serena
donde las gaviotas
bordan su diadema
blanca, inmaculada
cada día nueva.

Las olas besan
mis pies descalzos
sobre la arena
vienen y van
sembrando el aire
de sal y brea,
de caracolas
el arenal

Como la playa
triste, desierta
quedó mi alma
tras de ti adiós
besando el filo
de tu recuerdo
¡ola sin rumbo
de nuestro amor!

En el negro manto
de la noche negra
óyese las olas
azotar la piedra
oyese el zumbido
del rigor del viento
que desgarra el aire
como en un lamento,
todo queda frío
...todo queda muero
y en el horizonte
quedase el reflejo
fantasmal y horrible
plateado y yerto
de una luz herida
por tu adios etern
o

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