He querido engarzarte un collar de poemas,
un hilo de
sentimientos dignos de adornar tu cuello,
de deslizarse sin prisa hacia tus senos
y lanzar sus destellos en tus simas,
pero nada hay en el
mundo
capaz de eclipsar el
brillo de tus ojos,
la luz de tu mirada,
el color de tus mejillas encendidas.
Me he sentado en el
suelo
he arrojado mi
cuartilla al fuego,
y he ido contando los
luceros
que iluminan tu cielo
hoy que se enciende el más brillante.
Me he quedado mudo de
palabras,
pero mi corazón te habla en sus latidos,
mis manos acarician tu recuerdo
y mis labios se quiebran sin tus besos.
Y vuelvo a ser el niño que te amó sin cauce
el adolescente que se hizo un hombre entre tus brazos
el arbusto que convertiste en roble a golpes de cariño
y a golpes de añoranza.
Hoy quiero entregarte mis recuerdos,
mi futuro, mi hoy y mi pasado
y decirte con las manos temblorosas y la voz en vilo
que te amo, quizás no como mereces
quizás no cómo quisieras
pero sí de la mejor manera que conozco
y de la única forma en la que puedo amarte.
Y decirte con el corazón en la mano
y las lagrimas desbordando mis ojos
que tu amor no morirá conmigo
porque ese amor me hará inmortal
porque ese amor es el camino que me conduce,
que nos conduce, hacia Dios.
JUANAMAROMO
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