Me voy extinguiendo como una brasa
olvidada en un hogar vacío,
mi llama cada vez más mortecina,
crepita intentando encontrar un soplo
que le permita seguir brillando,
seguir consumiendo esa chispa de vida
que aun me pertenece,
que aun resplandece en mi alma.
Pero fuera hace frío,
el viento de la vida me corta el aliento
golpea mi llama con su gélido soplo,
y me arrastra a la calle encogido y perdido…
Tengo miedo a las sombras que amenazan mi llama,
al frío que me muerde
cada vez que no estás a mi lado,
miedo a la soledad suprema,
cada vez que no estás a mi lado,
miedo a la soledad suprema,
al miedo irracional,
al pánico escénico.
al pánico escénico.
Y me voy consumiendo.
jadeo buscando un soplo vital
en el vacío absoluto de mi nada…
me arrastro hacia tus brazos
y bebo de tus pechos la fuente de la vida,
me cobijo en tu vientre primigenio
y lloro entre tus muslos lágrimas yermas.
Tengo miedo , y solo tú te quedas esperando,
me enciendes la luz de tu regazo
me enciendes la luz de tu regazo
y me ofreces la llama de tu sexo
para alumbrar de nuevo a la que en mi se apaga,
para encender entre ambas una nueva lumbre,
una nueva aurora, una nueva vida.JUANMAROMO
3 comentarios:
Tu poesía nace con melodía propia, su cadencia es sublime y el contenido excepcional.
Sin duda alguna hoy he tenido suerte, pues encontré a una gran poeta.
Un goce infinito la lectura.
Te dejo un fuerte abrazo con afecto.
Gracias Maria, hay dias en que uno tiene miedo hasta de mirarse al espejo..¿que seria de nosotros sin el refugio de un abrazo cálido, sin el cobijo de un regazo tierno?...Gracias por tus palabras. Un besos
Tus palabras suenan en mi alma como una melodia eternamente deseada y nunca encontrada, gracias por ello.
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