El poema que ahora te dedico
es el último ya, ¿que más te da?
uno más, uno menos ¿que te importa?
¿te importaron acaso los demás?
He bajado reptando tu escalera,
arrastrando mi pena en tu portal,
he mojado la pluma con mi sangre
y he grabado en mi piel tu mezquindad.
Con los ojos en llamas te he mirado
y te he visto en la sombra sonreír,
he sentido el portazo en mis espaldas
Y mi pecho ha dejado de latir.
Es muy malo, lo sé..
¡me da lo mismo!
solo quiero decirte a mi pesar
que aún sintiendo un dolor que me desgarra,
volvería a tu puerta a mendigar
un te quiero, un abrazo, una caricia,
un suspiro en tu lecho ¡Un beso más!
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