sábado, 26 de febrero de 2022

ARMISTICIO

 La guerra conmigo mismo

es la más fiera y feroz

pues cada herida que infrinjo

también la padezco yo,

tengo miedo de mí sombra,

el espejo es mi terror

-la mazmorra donde cumplo

mi condena y reclusión-

donde el juez dicta sentencia,

donde el verdugo y su grey

afilan hachas y espadas

e imponen su fe y su ley.


Pero he de acabar la guerra,

he de poder negociar

un tratado, un armisticio,

un concordato de paz

en que mi ego y tu ego

convivan con lealtad,

en que seamos hermanos

en cuerpo, alma y verdad,

en que tu mano y mi mano

se estrechen con lealtad

en que cantemos a dúo 

y escribamos a la par

poemas, versos y trovas

en pos de la libertad.


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