domingo, 27 de febrero de 2022

  



 

Hoy no tengo palabras... cuando el poeta enmudece es porque el sentimiento le desborda, le supera, le arrasa; hoy te he besado, he bebido de tu boca como un asceta perdido en el desierto. Moría de sed de tus labios, de tus senos, de tu fruta madura y perfumada, pero me he conformado con beber de la fuente de tus besos a pesar de que me hubiera colmado con tu esencia de mujer, hubiera saboreado tus fuentes de leche y miel y me hubiese embriagado lamiendo hasta tus más incógnitos recodos.
He ardido en deseos de libar de tus racimos de hundir mis deseo en tu herida luminosa, pero he sabido contenerme a pesar de tenerte tan cerca.
Gracias por darme lo mejor de ti, tu ternura, tu mirada inmensa tu abrazo profundo tu amor sin condiciones, por haberme tomado de la mano recorriendo paisajes de infinita belleza. Hoy he encajado la pieza que faltaba en el puzzle de mi vida, sé que a partir de ahora el futuro es nuestro y que nosotros marcaremos el espacio y el tiempo que cada nuevo paseo será un paso hacia ese zenit que nos espera en el horizonte.
Te quiero, te deseo y te admiro, hoy mi corazón se ha llenado de ti hasta rebosar por las costuras, y ha crecido para hacerse más grande y poder amarte todavía más.
Eres una mujer hermosa, tierna, dulce y sensible, una mujer que el mejor de los hombres amaría profundamente, te he llevado grabada en mi alma desde la infancia, sabia que te reconoceria entre mil mujeres y hoy se ha hecho el milagro, un milagro que reverdecerá cada amanecer cuando por fin podamos construir nuestro nido y amueblarlo de pasión y de ternura.

                   ¡¡TE AMO!!

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