Ya sonó la campana,
me levanto temblando
con las cejas abiertas
y los ojos en blanco.
Lo presiento acercarse
pero ya no le veo
es tan solo una sombra
que se me mueve a lo lejos.
Y de pronto aparece
como un mosntruo acerado
y descarga su puño
como un mazo en mi pecho,
luego suelta otro gancho
que me lanza a la lona,
una piedra de fuego
estallando en mi cara.
Y me doy media vuelta
ya no puedo hacer nada
mientras muerdo las cuerdas
de dolor y de rabia.
Pero entonces le veo
la sonrisa canalla
el desprecio en los ojos
y el rencor en el alma.
Me levanto de un salto
y apretando los dientes
le destrozo la boca
con un golpe de muerte
le golpeo con saña
le pateo en el suelo
le machaco con odio
le reviento los huevos.
¡No seré más tu esparring
no te tengo ya miedo!
ahora sé que te puedo,
que no hay nada perdido
mientras tenga la vida,
mientras quede un suspiro.
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