Me pierdo en el vacío,
en un vacio y negro remolino
que me hunde en el silencio,
en un silencio oscuro
y destructivo.
La luz de va apagando
y los colores ya no tienen brillo,
los grises se apoderan
de lo que ayer fue hermosa primavera.
Me falta hasta el aliento,
el pecho me revienta entre suspiros
y el corazón renquea
queriéndose escapar de su presidio.
Soy una sombra hueca
que escapa de la luz y se agazapa
en un rincón del alma
buscando reencontrar la paz perdida
en una noche eterna
preñada de siniestras pesadillas.
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