Hoy quería rezar, necesitaba amparo
un refugio cálido, un útero, un regazo
y he mirado hacia el cielo sin ver nada,
puede ser que esté ciego sin saberlo.
He mirado y ya no había estrellas
solo una bruma sucia, inapelable
una luz nauseabunda y mortecina
una noche sin luna y sin mañana.
siento el frío morderme las entrañas
como un volcán que escupe escarcha y hielo,
es un frió mortal un frió eterno
es el frio infinito del infierno.
Y de repente la luz me ha iluminado
una tibia dulzura me ha invadido
unos ojos de niño, una mirada
una voz inocente me ha salvado...
¿Dónde guardo ese niño que fui siempre?
ese niño valiente y sin recato
que jugaba a vivir surcando vientos
y bebiendo las fuentes del futuro
solo él puede rezar conmigo
enseñarme el camino desandado
devolverle la luz de la mirada
enseñarme a vivir sin la coraza
a jugar a esconderme de mi mismo
y a contarme mil cuentos mientras duermo.
1 comentario:
Cuida al niño como es debido Juan, no vayas a perderlo de nuevo...
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