Hay que saltar de la cama
Y bautizarse en el mar
desnudos como afrodita,
sintiendo como la sal
limpia y perfuma tu cuerpo
y el alma quiere volar
más allá del horizonte,
más allá del más allá,
dejando atrás las envidias,
los odios, la incomprensión,
el fanatismo, el racismo
la soledad y el rencor.
Donde las aguas y el cielo
funden su luz y su paz
donde el destino no alcanza,
donde no pueden llegar
las penas ni las tristezas,
ni el dolor ni la ansiedad,
donde Poseidón descansa,
donde la Luna y el mar
se abrazan noche tras noche
rasgando la oscuridad,
donde la vida es eterna
e impera la libertad.
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