Siento mi alma batida por las olas
entregada al furor de las mareas
que me arrastran, me empujan me arrebatan
y me dejan rendido entre las piedras.
A veces sopla la brisa y me acaricia
y la espuma me besa entre la arena
y me dejo mecer entre las algas
como un niño desnudo de cadenas.
Otras veces naufrago entre las rocas
que desgarran mis carnes laceradas
que me arrancan de cuajo la esperanza
que me niegan refugio entre sus calas.
Y mi barco se encalla en las tinieblas
y zozobra en un mar de soledades
mientras aúlla en mi mente la galerna
y me clava en el pecho sus puñales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario