jueves, 21 de enero de 2010

PLEGARIA EN REBELDIA





No te pido un camino de rosas, tan solo que sea largo.
Fuerza para andarlo con dignidad, sin arrastrarme
y buena compañía para los días de rosas
y para los días de espinas.

No te pido riqueza, tan solo sabiduría para no desearla,
compasión para el compañero caído,
ternura para las penas del alma,
cariño para iluminar el cielo.

No apartes de mí ese cáliz si he de beberlo
pero no dejes que derrame su amargura

en quien me acompaña.

No te pido luna llena en mis noches oscuras
tan solo una estrella

que me recuerde que aún estás vivo
o que aún estoy vivo para ti.

Y por último, aparta de mí los miedos, los rencores
dame el valor para dudar de ti,
para no resignarme a la dictadura de tu omnipotencia
y para no maldecirte cada vez que un niño muere,
cada que un pueblo es masacrado por los dioses
o por los hombres que se creen dioses.

Hágase tu voluntad, porque no puedo oponerme
pero no me pidas que la acate sin pedirte cuentas,
sin juzgarte y sin condenarte, y sobre todo
dame la capacidad de perdón, para poder perdonar
a mis enemigos y a mis carceleros,
para poder perdonarte incluso a ti

para intentar perdonarme a mí mismo.







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