lágrimas, risas que recorren su piel,
mares, glaciares, ríos, lagos, estanques
donde la vida pudo en ellos nacer.
Pero ahora llora lagrimas de fuego,
los terremotos son su ira mortal
los estertores de su piel malherida,
fuegos, sequias, epidemias sin par
hemos vertido en su vientre vene nos
y maltratado de la forma más cruel
hemos talado sus cabellos, sus selvas
y convertido en desiertos su piel.
Hemos matado y explotado a sus hijos,
nuestros hermanos a los ojos de Dios
y ahora su ira nos avisa de nuevo,
se acerca el cero de la cuenta final
y no habrá proroga, paz ni tiempo muerto,
un nuevo ciclo volverá a comenzar
sin más mentiras, avaricias ni miedos
donde nosotros no tendremos lugar.
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