He querido tallarte un poema
arañando la piedra,
arrancando a bocados el mármol
que pare la sierra,
descendiendo a los senos marinos
en busca de estrellas
que reflejen la luz de tus ojos,
divina poeta.
He probado hasta hundirme en el magma
de ignotos volcanes,
y alcanzar la matriz primigenia
de la madre tierra,
por hallar el diamante
engendrado por Helios en ella
y engarzarlo en el monte de Venus
que envuelve tu selva.
Pero vuelvo a tu vera
rendido de amor, y humillado
con las manos repletas de nada
y el alma en un fado,
a entregarte cincuenta luceros
a fuego labrados
con la llama que un día prendieron
tus versos sagrados.
JUANMAROMO
1 comentario:
Mil, mil, milllllll y un millón de estrellas lejanas de gracias!!!
Lina
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